En el artículo de Joaquín Prats y Joan Santacana titulado “La ciudad, un espacio para aprender” se centra en la ciudad como un espacio en el cual se puede aprender gracias al patrimonio que posee la ciudad apoyado de actividades que están relacionadas con el patrimonio y que en estas participen todos sus integrantes al igual que sucede en la escuela ya que el mundo es un lugar para aprender.
Para ello como exponen Prats y Santacana toda cuidad posee un patrimonio cultural y natural que ayuda a convertir la ciudad en un elemento educador la cual nos trasmite unos valores que forman parte de nuestra vida y nuestra historia.
Por tanto no podemos educar a nuestra sociedad sin tener en cuenta en el entorno en el que viven y esto implica aprender de su ciudad a su vez aprendiendo cultura, historia, arte, diferentes formas de vida, en conclusión ayudar adquirir conocimientos sobre el mundo del cual forman parte.
Por otro lado es muy importante destacar el valor del patrimonio ya que tiene la capacidad de emocionar, y adquiere ese valor cuando hay personas que lo aman y lo comprenden, por tanto hay que inculcarlo a la sociedad con el valor educativo del patrimonio ya que nos ayudara a saber que pasado forma parte de nuestro presente como relatan los autores ya que ningún ser humano podemos prescindir de nuestra historia de esta forma gracias a su potencial instructivo y educativo nos suministra conocimientos aumentado los saberes de los ciudadanos. Para poder educar a través del patrimonio se requiere de distintas actividades variadas para distintas metodologías didácticas, adaptando los responsables de estas a la edad de los participantes y el espacio donde se realizan.
Para trabajar con la ciudad existen actividades en función a tres grados de interacción los cuales son: el primer grado se realizan actividades que emiten un mensaje y alguien lo recibe teniendo una baja interacción, el segundo grado es cuando se implica al emisor en el patrimonio y se pregunta siendo una actividad participativa donde implican a los participantes, y el tercer grado es el resultado de las múltiples interacciones entre el personal de las instituciones patrimoniales y los ciudadanos con un alto grado de interacción.
Los autores exponen una serie de actividades de diferentes tipos en función del aprendizaje desarrollando sus objetivos con los tipos de actividades más adecuadas, por ello nos encontramos con actividades de tipo informativas que pretenden dar a conocer los elementos patrimoniales, las actividades de tipo lúdico que son aquellas que pretenden promocionar el conjunto patrimonial con yincanas o juegos, las de tipo metodológico que son aquellas que muestran los métodos de análisis del patrimonio y las de tipo ético para potenciar los valores y las formas de comportamiento en nuestra ciudad.
Por tanto como reza el artículo la ciudad es un espacio para aprender ya que la ciudad siempre educa a sus ciudadanos , y por tanto la escuela es el resultado de este proceso social, ya que esta refuerza los valores que la sociedad que ya posee y que ha adquirido con anterioridad, por ello la escuela y la sociedad debe de estar relacionadas para que la educación tenga un mejor funcionamiento ya que todos los elementos que conforman la sociedad y nuestra ciudad influyen en la vida de los alumnos, así pues incluyendo estos elementos puede ser más efectivo y motivador el proceso de enseñanza.
Me posiciono a favor de los autores porque pienso que cada uno de nosotros somos los que configuramos y hacemos la vida de la ciudad con lo que realizamos en nuestro día a día, por tanto no se puede educar a los alumnos sin tener en cuenta su entorno. Para ello no se debe desaprovechar todos los elementos y valores de gran importancia que nos ofrecen el entorno en el cual vivimos, y a su vez que aprendan a respetar y participar en la conservación y perdurabilidad del patrimonio, siendo el proceso de educar un trabajo de la escuela y la ciudad.